miércoles, 16 de abril de 2014

¿Qué es el ICTUS?

Muchas veces hemos oído hablar de que a una persona le ha dado un ICTUS, peo no queda muy claro que es lo que es en realidad ya que se utilizan distintos términos para definir lo mismo y esto es lo que muchas veces da lugar a confusión. Realizaremos una serie de entradas donde intentaremos explicar un poco mas de esta patología, que es, cuales son los factores de riesgo, como detectar de forma precoz los signos y síntomas para poder actuar con mayor rapidez, y una vez que se ha sufrido uno como ayudar a la persona que lo ha padecido con algunos ejercicios que se pueden hacer en casa.

Pues bien, los términos accidente cerebrovascular, ataque cerebral, infarto cerebral o, menos frecuentemente, apoplejía son utilizados como sinónimos del término ictus, todos se refieren a la misma patología.

Se denomina ictus a un trastorno brusco de la circulación cerebral, que altera la función de una determinada región del cerebro.
Son trastornos que tienen en común su presentación brusca, que suelen afectar a personas ya mayores –aunque también pueden producirse en jóvenes–y que frecuentemente son la consecuencia final de la confluencia de una serie de circunstancias personales, ambientales, sociales, etc., a las que denominamos factores de riesgo.

El ictus, por lo tanto, puede producirse tanto por una disminución importante del flujo sanguíneo que recibe una parte de nuestro cerebro como por la hemorragia originada por la rotura de un vaso cerebral. En el primer caso hablamos de ictus isquémicos; son los más frecuentes (hasta el 85% del total) y su consecuencia final es el infarto cerebral: situación irreversible que lleva a la muerte a las células cerebrales afectadas por la falta de aporte de oxígeno y nutrientes transportados por la sangre. En él segundo caso nos referimos a ictus hemorrágicos; son menos frecuentes, pero su mortalidad es considerablemente mayor. Como contrapartida, los supervivientes de un ictus hemorrágico suelen presentar, a medio plazo, secuelas menos graves.

Atendiendo a esta diferenciación  hay varios tipos principales de ictus:

Ictus trombótico, aterotrombótico o trombosis cerebral. Es un ictus isquémico causado por un coágulo de sangre (trombo), formado en la pared de una arteria importante, que bloquea el paso de la sangre a una parte del cerebro.

Ictus embólico o embolia cerebral. Se trata de un ictus isquémico que, al igual que el trombótico, está originado por un coágulo de sangre; éste, sin embargo, se ha formado lejos del lugar de la obstrucción, normalmente en el corazón. A este coágulo lo denominamos émbolo.

Ictus hemodinámico. Dentro de los ictus isquémicos es el más infrecuente.
El déficit de aporte sanguíneo se debe a un descenso en la presión sanguínea; esto ocurre, por ejemplo, cuando se produce una parada cardíaca o una arritmia grave, pero también puede ser debido a una situación de hipotensión arterial grave y mantenida.

Hemorragia intracerebral. Es el ictus hemorrágico más frecuente. Una arteria cerebral profunda se rompe y deja salir su contenido sanguíneo, que se esparce entre el tejido cerebral circundante, lo presiona y lo daña. La gravedad de este tipo de ictus reside no sólo en el daño local sino en el aumento de presión que origina dentro del cráneo, lo que afecta a la totalidad del encéfalo y pone en peligro la vida.

Hemorragia subaracnoidea. Es una hemorragia localizada entre la superficie del cerebro y la parte interna del cráneo. Su causa más frecuente es la rotura de un aneurisma arterial (porción anormalmente delgada de la pared de una arteria, que adopta forma de globo o saco).


Esperamos que os haya quedado un poco mas claro que es el ictus, para no alargar mas esta entrada en la próxima os explicaremos cuales son los factores de riesgo y cuales son sobre los que podemos actuar para prevenir un ictus.

Y hasta entonces nos despedimos con este vídeo de como detectar un ictus en una fiesta.


No hay comentarios:

Publicar un comentario