sábado, 19 de abril de 2014

¿Cómo hacer un buen lavado de manos?

Siempre  deberíamos tener presente la importancia de unas manos limpias ya que a través de ellas también podemos transmitir microorganismos. Utilizamos nuestras manos para todo: cocinar, saludar a alguien estrechando las manos, utilizar el ordenador, comer o tocar a alguien. Por ello es de vital importancia realizar una correcta higiene de manos. Los pasos para realizar un buen lavado de manos son los siguientes:


¿Cómo debemos curar una herida de nuestro hijo?

Todos sabemos que en los niños, las caídas, los golpes y las heridas son inevitables, ya sea porque se han dado algún golpe o se hayan caído jugando. Lo más importante ante estas situaciones es que sepamos desinfectar esas heridas y saber curarlas correctamente. 
Para curar una herida correctamente es necesario que realicemos los siguientes pasos:

1. Primero debemos desinfectar la herida. El desinfectante, más económico y más eficaz es el agua y jabón. Debemos echar agua sobre la herida, limpiar con jabón y luego aclarar y secar la herida. Jamás utilizaremos algodón.
2. El segundo paso será aplicar un antiséptico. Aplicaremos el desinfectante (clorhexidina o povidona yodada) a chorro, se desinfecta la herida, siempre desde el borde interno hacia el extremo para no arrastrar una posible suciedad que hay podido quedar o bacterias para dentro de la herida.
3. Proteger la herida. Si la herida está expuesta a roces, es recomendable cubrirla, con un apósito específico o bien una tirita. 
4. Se tiene que repetir el proceso de curación cada vez que el niño se duche o bañe. 
5. En el caso que la herida sangre constantemente, con la ayuda de unas gasas o cualquier otro tejido limpio, se debe hacer presión directa y suave sobre la herida para cortar algo de la circulación. Solo en el caso de que la herida siga sangrando, hay que llevar al niño a un servicio médico.

A continuación mostramos un vídeo de los errores que no debemos cometer en la curación de una herida.


miércoles, 16 de abril de 2014

¿Qué es el ICTUS?

Muchas veces hemos oído hablar de que a una persona le ha dado un ICTUS, peo no queda muy claro que es lo que es en realidad ya que se utilizan distintos términos para definir lo mismo y esto es lo que muchas veces da lugar a confusión. Realizaremos una serie de entradas donde intentaremos explicar un poco mas de esta patología, que es, cuales son los factores de riesgo, como detectar de forma precoz los signos y síntomas para poder actuar con mayor rapidez, y una vez que se ha sufrido uno como ayudar a la persona que lo ha padecido con algunos ejercicios que se pueden hacer en casa.

Pues bien, los términos accidente cerebrovascular, ataque cerebral, infarto cerebral o, menos frecuentemente, apoplejía son utilizados como sinónimos del término ictus, todos se refieren a la misma patología.

Se denomina ictus a un trastorno brusco de la circulación cerebral, que altera la función de una determinada región del cerebro.
Son trastornos que tienen en común su presentación brusca, que suelen afectar a personas ya mayores –aunque también pueden producirse en jóvenes–y que frecuentemente son la consecuencia final de la confluencia de una serie de circunstancias personales, ambientales, sociales, etc., a las que denominamos factores de riesgo.

El ictus, por lo tanto, puede producirse tanto por una disminución importante del flujo sanguíneo que recibe una parte de nuestro cerebro como por la hemorragia originada por la rotura de un vaso cerebral. En el primer caso hablamos de ictus isquémicos; son los más frecuentes (hasta el 85% del total) y su consecuencia final es el infarto cerebral: situación irreversible que lleva a la muerte a las células cerebrales afectadas por la falta de aporte de oxígeno y nutrientes transportados por la sangre. En él segundo caso nos referimos a ictus hemorrágicos; son menos frecuentes, pero su mortalidad es considerablemente mayor. Como contrapartida, los supervivientes de un ictus hemorrágico suelen presentar, a medio plazo, secuelas menos graves.

Atendiendo a esta diferenciación  hay varios tipos principales de ictus:

Ictus trombótico, aterotrombótico o trombosis cerebral. Es un ictus isquémico causado por un coágulo de sangre (trombo), formado en la pared de una arteria importante, que bloquea el paso de la sangre a una parte del cerebro.

Ictus embólico o embolia cerebral. Se trata de un ictus isquémico que, al igual que el trombótico, está originado por un coágulo de sangre; éste, sin embargo, se ha formado lejos del lugar de la obstrucción, normalmente en el corazón. A este coágulo lo denominamos émbolo.

Ictus hemodinámico. Dentro de los ictus isquémicos es el más infrecuente.
El déficit de aporte sanguíneo se debe a un descenso en la presión sanguínea; esto ocurre, por ejemplo, cuando se produce una parada cardíaca o una arritmia grave, pero también puede ser debido a una situación de hipotensión arterial grave y mantenida.

Hemorragia intracerebral. Es el ictus hemorrágico más frecuente. Una arteria cerebral profunda se rompe y deja salir su contenido sanguíneo, que se esparce entre el tejido cerebral circundante, lo presiona y lo daña. La gravedad de este tipo de ictus reside no sólo en el daño local sino en el aumento de presión que origina dentro del cráneo, lo que afecta a la totalidad del encéfalo y pone en peligro la vida.

Hemorragia subaracnoidea. Es una hemorragia localizada entre la superficie del cerebro y la parte interna del cráneo. Su causa más frecuente es la rotura de un aneurisma arterial (porción anormalmente delgada de la pared de una arteria, que adopta forma de globo o saco).


Esperamos que os haya quedado un poco mas claro que es el ictus, para no alargar mas esta entrada en la próxima os explicaremos cuales son los factores de riesgo y cuales son sobre los que podemos actuar para prevenir un ictus.

Y hasta entonces nos despedimos con este vídeo de como detectar un ictus en una fiesta.


Realizar RCP en 3 sencillos pasos

1. LLAMAR
Revise la victima para ver si responde. Y Si no responde y no esta respirando o no respira normal, llame 9-1-1. y regrese a la victima. En la mayoría le los locales el despachador de emergencia le puede ayudar con instrucciones en RCP.
2. COMPRESIONES
Si la victima no esta respirando normal, no tose o no se mueve. Comienza con compresiones. Empuje hasta 2 pulgadas de profundidad en el centro del pecho 30 veces, Haga compresiones rápidas y duras al ritmo de 100 por minuto, más rápido que una vez por segundo.

3. SOPLAR
Levante la cabeza hacia atrás y levante la barbilla. Pellizque la nariz y cubra la boca con la suya. Sople hasta que se levante el pecho. Sople 2 veces. Cada respiración debe durar 1 segundo
CONTINUE HASTA QUE LLEGUE AYUDA

miércoles, 9 de abril de 2014

¿Cómo sobrevivir a la alergia primaveral?





Llega la primavera, con ella todo florece nuevamente, las temperaturas suben, la gente se anima y los planes al aire libre se activan. Pero también comienzan los estornudos, congestiones, molestias en la garganta y ojos propias de la rinitis alérgica estacional. O mejor dicho, las alergias primaverales.
Dicen que este año vamos a tener una primavera más o menos igual de intensa, en concentración de alérgenos, que el año pasado. Y que los meses de abril, mayo y junio serán en los que haya que tener más vigilancia sobre los síntomas de la alergia.
Y ante tal amenaza, ¿qué podemos hacer nosotros, los alérgicos, para poder vivir una primavera tranquila y sin repentinos brotes de alergia? Nosotros os damos unas cuantas claves para evitar, o sobrellevar, este molesto problema que sufre una gran parte de nuestra población.

9 CONSEJOS SI ERES ALÉRGICO
- Seguir la medicación.
- Utilizar gotas para los ojos para aliviar el picor.
- Reducir las actividades al aire libre por las tardes, cuando los niveles de polen son más altos.
- Evitar salidas al campo, cruzar parques y zonas verdes.
- Evitar los desplazamientos en moto o bicicleta
- Mantener las ventanas cerradas en casa, ventilando a primera hora de la mañana.
- Utilizar aspirador y limpiar el polvo con una bayeta húmeda para despolinizar la casa.
- Utilizar gafas de sol en el exterior.
- Además del polen, existen otros factores añadidos que pueden producir un empeoramiento de los síntomas, que conviene evitar: humos y vapores, olores fuertes, contaminación atmosférica, cambios bruscos de temperatura o realizar ejercicio físico sin preparación.

Qué hacer en caso de gastroenteritis


Si padece pérdida de apetito, diarrea, vómitos, dolor abdominal y fiebre es posible que sufra una gastroenteritis aguda (GEA). El 90% de éstas son infecciosas y su causa es un virus, por lo que el tratamiento consiste en dieta, hidratación y paciencia. La gran mayoría de ellas curarán en unos días con estas medidas y sin necesidad de medicación, por lo que es muy probable que su médico no le recete antibióticos ni solicite pruebas complementarias como analíticas de sangre ni radiografías en un primer momento. Por ello se aconseja que antes de acudir a su médico o a un servicio de urgencias lleve a cabo las siguientes recomendaciones.

En primer lugar, debe dejar de consumir alimentos sólidos durante las primeras 12 horas aproximadamente y también procurar beber agua con limón en pequeñas cantidades.

Debe realizar una dieta blanda y astringente: consiste en evitar la fibra vegetal, eliminar de la dieta los guisos, fritos, embutidos, salados y grasas, zumos, café y lácteos. Puede cocinar los alimentos hervidos, a la plancha o al horno.
Entre los alimentos recomendados para una dieta blanda se encuentran: caldo de arroz o arroz hervido, caldo de zanahoria, pan tostado con jamón dulce, pollo y pescado (mejor blanco), huevo duro o en tortilla, patatas hervidas, membrillo o plátano maduro. Evitar las verduras, frutas, lácteos y dulces.
Es esencial mantenerse hidratado. Para ello son aconsejables las bebidas isotónicas (tipo Aquarius o Isostar), la manzanilla o el té verde. Le proponemos un método sencillo de elaborar una solución rehidratante: 1 litro agua potable + azúcar (20 gr) + zumo de limón + un par de cucharaditas de azúcar + 1 pellizco de sal y uno de bicarbonato.

Recuerde: en caso de fiebre alta, vómitos o diarrea con sangre o dolor que no mejora con las medidas anteriores debe consultar a su médico.

Medir correctamente la tensión arterial


 Para una toma correcta de la TA, es preciso seguir las siguientes recomendaciones:

  • Tomarla tras cinco minutos de reposo por lo menos.
  • La persona debe estar relajada y no tener prisa.
  • Tampoco debe haber comido, bebido sustancias excitantes (café, té) ni fumado durante la media hora previa a la medición.
  • La posición del cuerpo debe ser sentado, no estirado, con la espalda bien apoyada en el respaldo de la silla. Las piernas deben estar tocando el suelo, no cruzadas, y la mano relajada, sin apretar y en posición de descanso.
  • Brazo de referencia o dominante apoyado más o menos a la altura del corazón, mano relajada. El brazo de referencia o dominante es aquel en el que la TA es más alta.
  • El manguito debe de estar en contacto con la piel, así que el paciente deberá remangarse la camisa. Si es invierno y se llevan muchas capas de ropa, será mejor que se las quite porque si se remangan diferentes prendas a la vez se puede crear un anillo que constriña la zona.
  • Una vez posicionada la persona se colocará el manguito, que se adaptará al diámetro del brazo (pequeño, normal, grande). La explicación de la colocación viene reflejada en un gráfico que acompaña al aparato, así que una vez ajustado el manguito se debe presionar el botón para conectar el tensiómetro.
  • Es importante que mientras el manguito se infla el paciente no hable, puesto que eso afectaría a los valores marcados.
  • No redondear cifras.  
Aquí os dejamos un vídeo donde explicamos cómo hacerlo.